ENERO EN LA PLAYA (Facto Delafe y Las Flores Azules)

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Como un día de enero en la playa, así me siento YA contigo. Ya contigo hoy. Con Sol y con frío, paseando tranquilo a tu lado, admirándote como en una postal, como un espectador, cada vez más lejos, la arena húmeda que nos recuerda que el firme no lo es tanto cuando se moja, cuando caen gotas de lluvia, cuando caen lágrimas. Hay tantas formas de llorar, yo ya he empezado a llorarte, porque como los perros barrunto el final. Cuando un perro siente que estás tristes viene y te lame, te besa, eso hago yo, besarte. Estás guapa, como cuando decides que toca cortarse el pelo y justo ese día lo ves más bonito que nunca. Estás guapa como la mejoría del enfermo antes de morir. Este paseo es tan agradable como las tardes de domingo, detestables y deliciosas a partes iguales.



Entraste por la puerta de atrás que te abrí, te serví, te utilicé, nos mimamos, nos matamos, sobrevivimos y ahora nos dejamos mañana. Hoy no, mejor mañana. Llevas la chaqueta de lana que te regalé, qué bien te queda con los rizos rubios al viento. Estoy viendo una postal, me salí del cuadro, ahora ya no soy el pintor ni el personaje. Cliente de un museo que abre sólo para mí.


Ay, qué pena, cuántos sueños se rompieron sin empezar, nacieron muertos o murieron recién nacidos, esto lo oí en una canción dura y fea, como la historia que sigue muerta. Naturaleza muerta en estado comatoso, un corazón querido, queriendo y con cerebro, con cabeza. Conocimos la templanza y no fue suficiente para que nuestra semilla germinara. De útero estéril, de corazón candente, de vagina caliente y de lengua de trapo. Así te veo yo, así te he visto siempre. Y yo ¿qué hace un chico como yo con una chica como ésta? A tu lado coso desperfectos, me ayudas, me apoyas, te quiero y me templo. El aire acondicionado que impuse con mis actos me estropea la salud, me abrigas con tus brazos grandes de chica tosca, de corazón enorme, sin suficiente sangre que bombear para los dos. Y yo a otros menesteres, ayudo poco, como tú. Subimos la montaña, a trompicones, parando, corriendo juntos, separados y nos va aburrir el paisaje, lo veo así niña, así lo ves tú. Pero ahora estamos en la playa, bonita, nublada, con algo de sol ¡Qué paseo tan apetecible! no quiero volver ahora a casa, cuando me la compre por segunda vez sabes que volveré querida niña, hasta entonces pasearemos las tardes de domingo durante este mes de enero que dura ya cuatro años por la playa, juntos en la distancia, tú tan guapa y yo mirándote, observándote andar sobre el papel y la arena mojada.
Te quiero mi amor, me despido hasta el día en que ya no.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

ya he vuelto al maravilloso momento de la mañana que supone leer tu blog despues de un cafe y asi ,romper la rutina diaria, algunas veces tan asquerosa. De los tres ultimos me quedo con éste, ya sabes que busco un poco mas alla y ya le estoy dando vueltas y pensando en lo que transmite.
Besos judio

forbidden dijo...

no siempre hay un algo detrás de lo que escribo..no siempre.

Y gracias por hacer el primer comentario, que este comeback está resultando pelín seco en cuanto a comentarios de los lectores, coñe! que mucho pedir que vuelva pero luego poco darle a la tecla, aunque sea pa ponerme a parir. He dicho

Anónimo dijo...

Como autor tienes derecho a quejarte de tus lectores

Anónimo dijo...

Yo también te dejo comentario, chiquitín! Que no posteo siempre que leo.

forbidden dijo...

jejeje...y ahora es cuando me siento mal por bocazas.
Gracias

Anónimo dijo...

Si es pa ponerlo a parir me presento voluntario!

forbidden dijo...

seguro que hasta pa eso tiene usted labia de la buena Señor murciano...apunte y dispare donde le venga en gana