Escribo en plan chungo porque mi letra es chunga, porque chunga es un tipo de carta. Escribo en plan chungo pa demostrarte que lo valgo. Chula y castiza es el agua de mis venas, y chula y castiza mi altanería de palabras, las que pronuncio solo y en confianza. El verbo de la aguja añoro en mis venganzas, esas que planeo en el mismo tren que reventó. Me falta para ser perfecto, el verbo afilado de cuchilla. La aguja del bisturí me acercará a la perfección. Qué suerte la del guapo que los feos añoran. Bisturí tiene el feo, escondido en la lengua, bisturí, que no pueden utilizar, no llegan, órgano inútil para su creación. El guapo es distinto, tiene filos redondos, no necesita de ese arma, su belleza se presenta a empujones en los cuartos que arañan los feos con lenguas de metal.
Añoro el poder del que no piensa antes de hablar, añoro tu chunga casta, elemento característico de esta hoja, vedada a la razón.
Escribo poesía, creyéndote grande, escribes hablando, palabras de amor, de amor y penuria, me llenas los huecos, los huecos que un día el silencio cerró.
Chincho y rechincho al que mira por el huevo, cubierto de nata, la vida azucarada, de metáfora dulce, de ejemplo precario, de texto pueril.
Hoy divago entre líneas, formadas por bits, comiendo a pedazos un triste pastel de tiempo esclavo, de anhelos incumplidos, de sueños rozados. Lo son las de este texto, palabras muy claves, como de risa de princesa boba, personaje de un Shakespeare violado sin educación.
Estudias mi texto hoy. Pero sólo lo entenderás mañana, cada cinco palabras hay diez, y cada diez, hay veinte. Si sabes sumar jamás me entenderás. Este es el texto que siempre he escrito, aquel que tuvo lógica, aquel que tuvo sentido. Aquél que ya no es triste y mortal, pero que nunca dejará de serlo. Aquél que observa el onanismo radical, el que apenas da placer al lector Voyeur.
Hoy como ayer, me apetecía escribir, pero hoy como ayer, no te quise contar más de media palabra que pudieras entender. Si aquí dices entender, ¿qué cuerdo es entonces tu ser? ¿Qué de recuerdos te he de traer?
Me voy de viaje, pero en el ir no volveré, del llegar, tal vez vuelva. Dicen los chismes que sí, que después de allí hay un aquí, por si acaso todos vamos a ver que hay allí y luego si eso decidimos regresar aquí. Entre tanto trajín, nunca al que quise pude encontrar, con tantas idas y venidas y gentes del mundo entre medio de mi mano no me agarré. Eh, tú, escucha…érase una vez esta canción: La del niño rebelde, el que grita sin volumen, el de la protesta estirpada, el artista sin escenario, el bailarín sin tutú, la niña sin trenzas, el futbolista sin ganas, el amante lesbiano, el de la leche sórdida, el que siempre se canta la misma canción.
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6 comentarios:
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ESTUPEFACTA ME HE QUEDAOOOOOOO
JAJAJAJAJA....ES QUE TE VEO LA CARA..TE VEO LA CARA. Tus ojos de china, redondos como medallones, a qué si??
Era más light la entrada anterior, pero veo que no te hizo mucha gracia...jajaja
ojoplatica, de donde sacas esa imginacion pa escribir, chico que desperdicio de talento, fuera del blog quiero decir. Es cierto he pasado de china a ojos tipo canica gorda. La entrada anterior sabes que me gusto tontohaba, que aunque no te escriba me leo todos,toditos,todos
Das miedo. ¿Has leido "Diario del ladrón" de Jean Genet? bligatorio.
Por cierto yo también me quedé casi atrapado en mi casa de Ávila...con mis dos niñas. Casi me apetecía, quedarme aislado y sin cobertura, que en el curro piensen por un par de días que estoy muerto.
A.P.
Apunto como lectura pendiente.
Este finde vuelvo a repetir aventura en Ávila, a ver si hay suerte y esta vez sí que nos quedamos de verdad.
Miedo yo?...que va...si ni siquiera sé hablar alemán
Un abrazo A.P.
no m h enteraó d ná pero q bien juntas las palabras y parece q dices algo....m encantas. un beso gordo, ya sabes.
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