Hasta qué punto crees que eres dueño de tu vida, eres el dueño absoluto de tus decisiones, esta es la vida que quieres vivir? en qué gastar el único tiempo que la existencia te ha concedido? y por ende, eso te convierte en responsable de tus actos?. Como un autómata, miro a través del cristal empañado de la oficina y me siento como tantos otros, esclavo regulado en el siglo XXI. No creo que la eslavitud se haya abolido, en modo alguno, la esclavitud se ha regulado. Desde el momento en que hoy, jodido porque esta estúpida enfermedad emborracha mis neuronas, no puedo quedarme en casa, desde ese momento me planteo en qué pensaré en el último segundo de vida.
Vida sólo hay una, hasta que no se demuestre lo contrario, los cuentos religiosos entretienen y como terapia están bien, pero no razonan y nuestra existencia es razonar o intentarlo. La gente se echa las manos a la cabeza porque algunos liberales, rojillos, quieren legalizar la prostitución. Todos somos putas, pero en vez de abrirnos de patas, para que alguien se meta en nosotros, con cada nómina, permitimos que nos quemen las tripas un poquito más y de este modo, quedarse con un trocito más de nuestra vida. Hay que trabajar porque hay qué comer. Pero me cuesta tanto comprender que sea necesario trabajar de sol a sol para llevarte un plato de comida a la boca, como que existe un dios (así, en minúscula).
No llego a entender como el hombre no ha evolucionado todavía lo necesario para poder subsistir con 4 horas de trabajo diarias. Más bien, no entiendo como todos los esclavos de este circo no hemos realizado una revolución a la francesa, pero en plan globalización. Cómo es posible, que un señor de apellido Sanz, escriba una cancioncita durante 3 horas y media metido en un estudio y viva de las rentas de esa melodía, que no es mejor que la que cantaba mi abuelo cuando araba. Si el señor Sanz puede, porque yo no. Porque te tienes que pasar de 9 a 6 cogiendo el teléfono, imprimiendo faxes y haciéndo cafés a tu jefe, que aunque no compone melodías, se pasa el día silbando.
No me entiendan mal, no quiero convertir esto es un panfleto de anarquía rojo sindicalista, lo que intento explicar, con mayor o menor atino, es que si la vida son cuatro días, porque hemos de invertir un 85% de nuestro tiempo en subsistir, subsistir de un modo que no queremos. Me niego en rotundo a creer que no hay otro modo. Ejemplos tenemos a cientos, gente rica, con buena vida, divirtiéndose y sin trabajar. Porque yo no , porque tu tampoco. Si somos capaces de llegar a la Luna, y de eso ya hace, cómo no hemos sido capaces de organizarnos mejor. ¿qué nos han echado en el biberón para que no reaccionemos. Yo sí lo sé...PAN.
Todavía tiene más guasa que llegues a casa y te mofes de que te traes trabajo a casa, porque uf!! tengo mucho curro. Eres patétito chico! No me veo yo a los negros de Tara, llevándose el látigo a casa para que le den de hostias antes de acostarse y así dormir calentito. Todavía no tienes suficiente con levantarte a las 6 de la mañana, viajar treinta kilómetros, tener 2 horas perdidas para comer (atención que digo PERDIDAS....ya me vale!), no poder volver a casa en esas dos horas, y salir a las 8 de la tarde, aumque terminaste tu trabajo a las cinco, porque si no los otros compañeros te crítican. Ánimo sólo una hora más de vuelta a casa. Hoy tienes suerte ayer planchaste y hoy en las dos horas que quedan antes de que acabe el día, sólo tienes que barrer, fregar y hacer la compra. Queda con tu novia en el Carrefour y le das un beso a la salida. Llegarás lejos!
Yo, señores, prefiero el látigo, la herida es superficial, no quema como el microondas, y tiene horario de banco, sólo de mañana.
Me gustaría subir puestos en el trabajo, ganar dinero, tener móvil de empresa, coche de empresa un salario por encima del tuyo y llevar corbatas caras. Esa es la vida que quiero. Triunfar en la empresa, tener reuniones los sábados y tomar decisiones importantes. Firmar contratos multimillonarios y comprarme un chalet a las afueras. Viajar por la mañana al Consejo de Nueva York y volver por la tarde a mi oficina. Gano más que tú, soy más importante que tú, en el grupo el que ha triunfado soy, no tú...Esa es la vida que quiero, porque el día que me muera, en el último instante pensaré justo, justo, justo en eso.
P.d.: La canción de hoy siempre me ha parecido un horror.
4 comentarios:
Ya t lo dije, lo malo d ser pobre como las ratas es tener conciencia y ser honrá. Viva Juan Antonio Roca, Julián Muñoz, las Chaneles,...!!! Q coño!!!! Mucho criticar mucho criticar y a más d una nos hubiera gustado estar involucras en un caso Malaya, pero no en cualquiera, sino en el "MALAYA".
ay sí, yo quiero ser un ladrón de guante blanco, es a lo que aspiro a vivir por la cara de los demás.
esa manida fras de " el dinero no da la felicidad " no nos lo creemos eh ????????
sEl dinero es la felicidad.
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