SENCILLA ALEGRÍA (Luz Casal)

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Los teatros se están convirtiendo en improvisadas salas de conciertos de música pop, de música electrónica y de rock. Escenarios antes ideados para la zarzuela, el teatro y la ópera, prestan sus tablas para recitales pop. Es la última moda en conciertos. Al menos en Madrid se están cambiando los escenarios de salas chiquitajas, sin acústica y con dudosa ventilación por los amplios escenarios de patio de butacas, con acústica decente y un respetable algo más burgués que prefieren pagar 10 o 15 euros más por ver a sus ídolos musicales sobre las tablas de un escenario atípico para esos menesteres. Tal vez esta nueva moda sea la respuesta a la falta de buenas salas de conciertos de la que adolece la capital, aunque sé que otras grandes ciudades como Barcelona, Murcia, Valencia y San Sebastián también se han apuntado a la moda teatral.
Así, ahora se me vienen a la memoria conciertos en teatros de gente como Rufus Wainwright, Rosario Flores, Ana Belén y Víctor Manuel, Antony and the Johnsons…

El último domingo el Teatro Albéniz de Madrid cedió sus tablas a Luz Casal.

Acudí con ocho amigos y treinteañeros nosotros, nos mezclamos con un público cuarenteañero ellos, formado por pijos, rojos trasnochados y bollos, muchas bollos.
Era la segunda noche benéfica que la gallega otorgaba para un grupo de investigadores del cáncer de mama, nos cacarearon varias veces que la recaudación íntegra de esos dos conciertos (lleno absoluto las dos noches) iría a parar a las mamas estudiadas por estos señores. Pues muy bien. Soy un poco incrédulo, que queréis que os diga. Por principios no creo en los psicólogos, ni en Dios, ni en las ONG´s, y mucho menos en las causas benéficas.
El concierto comenzó como los chistes: Se abre el telón y aparece Luz Casal. Elegante, vestida marujil, en un primer plano, los obedientes músicos detrás, luces simples, efectivas, pantallas de colores, todo lo necesario para no olvidarte de que estás en un concierto de música pop, de música rock, y no en un recital de poesía.

Sería maravilloso tener las suficiente memoria (o simplemente tener memoria) para recordar todas y cada una de las canciones que compusieron el setlist, pero creo que acabo antes nombrando LA ÚNICA CANCIÓN QUE ECHÉ EN FALTA: Te dejé marchar.
Mi amiga Rafaella y yo de siempre hemos descrito a Luz Casal como una “artista de canciones, pero no de discos”, tiene canciones de esas de desgarro sentimental, de las que la letra te deja machacado por su sencilla dureza o su fácil optimismo. Su discografía está compuesta, a buen seguro, por algunas de esas canciones que llaman de las mejores canciones de la música española. Tal vez los discos de Luz Casal te aburran así en plan crudo y del tirón, pero nadie puede dudar del potencial nuclear que tienen sus discos de grandes éxitos. Insuperables y grandes.
Luz Casal, confiada conocedora de fortaleza, atacó al público con una metralleta de todos sus singles, casi sin excepción, single tras single. Empezó con esa presentación de su álbum Vida Tóxica, la canción Sé feliz, tal vez la más sosa de toda la noche, y en la que hubo algún desacuerdo entre el volumen de los instrumentos y el de la personalísima voz de Luz, que se fue arreglando a lo largo de las más de dos horas de concierto.
En los agradecimientos que siguieron, Luz se mostró como yo nunca la había percibido, lo que no quiere decir que siempre el personaje de Luz Casal haya sido así, pero yo nunca la había percibido como esa mezcla de señora achuchable, rockera pasada de roscas, chica anclada en los ochenta, tía enrollada y amiga de tomarte un café. Una tipa muy divertida. Una mujer con sentido y sensibilidad. Una tipa lista. Una mujer cantante, de las mejores en España. Esto que digo es Indiscutible.

Cuando sonaron las primeras notas de No me importa nada, los vellos del brazo se me erizaron y se me escapó una sonrisa de confianza, de esas que da la seguridad de haberte comprado con la entrada un par de horas de felicidad, de Sencilla alegría (tema que tampoco apareció esa noche en la voz de Luz). Pero la canción fue interrumpida por la cantante y de forma natural, como de andar por casa le espetó al guitarrista con esa voz como de yonqui que tanto me ha gustado e irritado de siempre: - ¿sabes? Creo que me apetece cantar primero Entre mis recuerdos.
Y así de aquella manera tan natural, tan musical, pasamos a escuchar la canción que la hizo resurgir al gran público tras la caída de sus grandes ochentas, si obviamos la repesca que supuso en 1991 su colaboración en la banda sonora de la película de Almodóvar TACONES LEJANOS (Piensa en mi, Un año de amor¸ fueron también de lo más aplaudido de la noche)
Por supuesto que más tarde no se olvidó de interpretar No me importa nada, como tampoco se olvidó de cantar de manera perfecta durante toda la noche, de bailar, de no enseñar arrogancia, de ser cercana. No se olvidó de caer en lo sensiblón de la noche, hizo un par de alusiones a todas aquellas personas que entre el público estaban “regular de salud”, pero lo hizo como de puntillas, incluso con alguna gracia.
El espectáculo de Luz alcanzó momentos como de musical panderetero en los momentos en que interpretó con una auténtica banda de rock temas más guitarreros como Loca, Plantado en mi cabeza, Rufino, etc. Sobre escena se la veía encantada de haberse conocido, se volvía loca con este ritmo más acelerado y las cuarentonas del público y alguna treinteañera despistada, se levantaron a los pasillos del teatro a bailar y saltar. La fiesta duró lo que tardaron en aparecer las rancias mujeres que trabajaban en el teatro de acomodadoras que amargamente las devolvieron a sus sitios. Todo muy cutre pandereta, ya te digo, como si aquello fuera el musical de Abba en español o guarrerías por el estilo.
Para seguir con el rollito cabaret del todo a 100, una de gaitas. Vaya pitote que montó Luz para cantar Vengo del norte, doscientos gaiteros y acompañantes con bombo, tambores y gaitas, muchas gaitas. Luz bailaba a su ritmo como poseída por una muñeira borracha. Todo ese percal se subió al escenario, los gaiteros, los tambores y la muñeira borracha. El público en pie y las cuarentonas empeñadas en bailar en mitad del pasillo, sin importarle lo que las rancias acomodadoras opinaran.
Yo soy de los que piensa que se agradecen estos pitotes gaiteros, (aunque me daba la sensación de que en cualquier momento iba a sonar el Into the groove de Madonna la DivArciada, versión Reinvention Tour).

Como digo agradezco estos pitotes, sobre todo si el espectáculo no es eso. El espectáculo fue Luz y sus dos serenos momentos, que digo momentos, MOMENTAZOS. Consiguió que durante ocho minutos se erizaran todos los sentimientos de las almas presentes en aquel aquelarre de canciones, sucedió cuando Luz interpretó Lo eres todo y Besaré el suelo. Sentí y viví esa sensación por la que me declaro fan incondicional de la música.
Reivindico la MÚSICA como un sexto sentido junto al tacto, el oído, el gusto…la música es un sexto sentido del Hombre. Y si no que se lo pregunten a las 2000 personas allí reunidas en silencio, sin moverse, disfrutando de esas dos composiciones.
Durante el concierto no pude dejar de acordarme de las grandes damas de la canción hispanoamericana al estilo de Chavela Vargas o María Dolores Pradera. Había algo en Luz, tal vez sus movimientos, su admiración por los compositores de los temas que interpretaba o la admiración por sus músicos, que me recordaba al modo en que se presenta en escena María Dolores Pradera. Algo que me terminó de confirmar la propia Luz, cuando explicó que lleva años haciendo labores de arqueología en la canción hispanoamericana, labor que pretendía dar por terminada porque decía Luz “que ella no había estudiado para eso”. De esas joyas rescatadas nos presentó No, no y no que pretende incluir en su próximo disco. Una delicia, ya veréis cuando la escuchéis.
El fin del concierto, otra sorpresa, una versión de Tu frialdad¸ tema archiconocido de TRIANA, pero que se ha hecho más famoso para cierta generación por la versión para barriobajeras de EL BARRIO.
Hoy vengo escuchando en el coche recopilatorio de grandes éxitos de Luz.
No hay nada más cierto que contar en una canción que el amor ni nada más real que cantar al desamor. Lo demás son flores modernas.
Gracias a mi amiga Rafaella por invitarme al concierto.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

con Luz tengo una relación de amor-odio, m ha gustado siempre mucho y tb la he odiado mucho, hay canciones q m resultan un petardo pero otras......con esa voz y esa fuerza......pero bueno....para eso esta el cronista oficial q no se pierde NI U-NA y luego nos pasa el resumen y podemos imaginarnos el concierto a nuestro gusto.

forbidden dijo...

esta semana sin ir más lejos, tengo dos conciertos en programación...te podías venir...ah, no! q.u.e. .t.u. .n.o. .t.i.e.n.e.s. .i.n.v.i.t.a.c.i.ó.n. JAJAJAJA

Anónimo dijo...

señor forbidden enhorabuena por su premio, de aqui a nada tendremos un amigo famoso y nos dedicaremos a sacar todos los chsimorreos posibles para forrarnos a su costa. total él siempre te pregunta.......si te dieran un millon de € harias..............
pos ahora podras saberlo

forbidden dijo...

querida zorr..digo, china mongola. Me parecerá muy bien si saca mis trapos sucios a airearse, de hecho creo que se forrará, a mi costa, pero se forrará so zorr..digo china.

JuanPop dijo...

Me encanta ella... LO ERES TODO!! es mi favorita... yo también llegue pa'quedarme! saludos guapete!

forbidden dijo...

pues pase y tome asiento. La verdad es que el concierto fue chulísimo y me quité una espinita que tenía clavada con Luz

Anónimo dijo...

Yo era muy fran, pero me cansé de buscar en sus últimos discos alguna canción ( con una o dos me hubiese conformao) ke me gustasen de verdad. Ahora le keda vivir de las rentas, y aunke eso no es malo, viéndola una vez en directo, vas ke chutas.

forbidden dijo...

le doy la razón, una vez vista, se acabó la rabia.

Hermanisima dijo...

Pues yo si que repetiria, pasado un tiempo, pero repetiría, fijate lo que te digo...

Quiro hacer una reivindicación...

Yo aún no soy treintañeraaaaaaa!!!!!

forbidden dijo...

hija, son generalismos, o generalidades, tampoco me voy a poner a contar en este bonito blos que había entre el público, 2 de 26, 3 56 , 89 de 26...porque me vuelvo loca del coño mireusté!

Anónimo dijo...

de luz casal me limito a sus grandes éxitos.

que usen teatros como salas de conciertos me parece genial. tienen una acústica increible

forbidden dijo...

yo también me limito a sus grandes éxitos, y ella a juzgar por lo oído en su concierto, también